Con Aitana pude comprobar que lo que os contaba de los 15 días de los bebés es cierto. Estuvo despejadísima durante todo el rato que la estuve fotografiando. Muy tranquila, pero mirándome como preguntándose qué estaba haciendo. Su mirada me resultaba hasta intimidatoria y no podía dejar de sonreir mientras la miraba por el visor de la cámara. ¡Es una guapura y una niña de lo más tierna!